Yo te conocía bien. Quizás como ningún otro. Yo te observaba sin que te dieras cuenta. Pasaba cerca de tu clase, de tu despacho, te oía , te analizaba,… Eras un trabajador innato, incansable. Me encantaba escucharte leer. O mejor dicho dictar a tus alumnos. Aunque andaluz acérrimo, jamás ceceaste. Hubieras pasado por un perfecto […]